Nos pasa a todos. Necesitamos que el día nos rinda, pero al final de la jornada nos quedan faltando tareas por terminar.
Procrastinar es un verbo. Se puede conjugar. Yo, tú, él, nosotros… Es una palabra relativamente nueva en el español: la primera vez que apareció registrada en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua fue en 1989. Hace nada. Y es el gran enemigo a la hora de lograr cumplir con la lista de cosas por hacer que hiciste al principio de la semana.
Procrastinar: del latín procrastināre. Diferir, aplazar. Dejar para después. Eso lo hago ahora. O mañana. O después. ¿Te parece familiar?
Claro, hay maneras de derrotarlo, qué sería de la productividad si no. Estas son tres formas de hacerlo.
Hábitos para dejar de procrastinar
1. Haz una lista
Ya lo dijimos más arriba, pero vale la pena insistir: hacer una lista de pendientes es un consejo recurrente entre los expertos en aprovechar el tiempo. ¿Por qué? Hagamos una lista:
- Es útil para despejar las ideas.
- Ayuda a dimensionar la cantidad de tareas pendientes.
- Sirve para jerarquizar lo que hay que hacer: de lo más importante a lo que da espera, de lo sencillo a lo más complejo.
- Libera a la memoria de la necesidad de eestar intentando recordar las tareas que faltan por hacer.
Conecta tareas con un objetivo específico
Pero no se trata de hacer una lista de cualquier manera. Hay que ponerle orden e identificar el tiempo que se le destinará a cada obligación por cumplir.
Fíjate bien en cuáles de las tareas de tu lista son rápidas de cumplir o son asuntos delegables, así puedes ir dándoles solución prontamente para dedicarte a aquellas que pueden requerir de más tiempo o gestión.
Hay quienes sostienen que el mundo, por definición, tiende al caos. Otros son defensores del orden, empezando por el de la casa para crear un verdadero estilo de vida.
Sin embargo, expertos en productividad sostienen que ponerle orden al puesto de trabajo ayuda si lo que se busca es ser más eficiente, eficaz y efectivo en las labores diarias.
Y ese organizar no se trata solo de poner en orden los objetos sobre el escritorio para encontrar fácil el papel donde anotaste aquello tan importante y que ahora no sabes dónde está.
Julie Morgenstern, experta en productividad y manejo del tiempo, señala que es importante limpiar el correo electrónico. Organizar los mensajes no leídos por fecha y mover los más actuales a una carpeta. “Si un mensaje tiene más de un mes y sigue sin leerse, bórralo”, sugiere.
A todos nos abruma una bandeja llena de correos sin leer, así que ponte un horario para abrirlo, revisar, responder y borrar.
Puede no ser una idea muy popular, pero… ¡Desconéctate! El mundo funcionó durante milenios sin necesidad de Instagram, Twitter, Facebook, WhatsApp y demás.
Las redes sociales son muy útiles, pero, en ciertos casos, son uno de los principales distractores del trabajo. Sí, todos decimos que las necesitamos para trabajar, es cierto, sin embargo: ¿debes revisar cada hora el chat de Facebook o las notificaciones de Instagram?
Ponte horarios para ver las redes, para postear y para responder durante el día. Te aseguro que nada pasará. O quizá sí: te rendirá más el día.
Julie Morgenstern propone, además, limitarse a no más de cuatro canales. Hay que saber administrar la energía y los esfuerzos, para evitar dispersarse respondiendo e-mails, mensajes de texto, chats, twitter, llamadas telefónicas y demás.
Lo que debes saber sobre la transformación digital en Colombia
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